De esta manera, los descubrimientos del análisis caracterial,
revelaban la existencia de un aparato defensivo estratificado (coraza), no
sólo psíquico sino también físico. Así, a las barreras caracteriales con
las que el sujeto se defendía de las excitaciones internas y externas,
correspondía a nivel somático, un conjunto de rigideces y bloqueos
musculares, que ejercían la misma
función de defensa frente a las excitaciones interna y externas. Es más,
como dirá Reich posteriormente, los bloqueos emocionales y los bloqueos
musculares, la coraza caracterial y la coraza muscular son funcionalmente
idénticas. Es decir, no son más que dos caras de una misma moneda mirada
bajo dos puntos de vista: el psíquico y el somático.
Dice Wilhelm Reich en su libro La Función del Orgasmo: “La coraza caracterológica,
mostraba ahora ser funcionalmente idéntica a la hipertensión muscular, la coraza muscular. El concepto de
“identidad funcional”, que tuve que introducir, no significa otra cosa que
el hecho de que las actitudes musculares y del carácter desempeñan la misma
función en el aparato psíquico; pueden influirse y reemplazarse mutuamente.
“Fundamentalmente
no pueden ser separadas; en sus funciones son idénticas”. Esto
es, a un determinado rasgo de carácter, corresponderá una determinada
tensión corporal; un lugar físico concreto, correlato de aquel rasgo.
El descubrimiento de la identidad funcional, entre bloqueo
emocional y espasmo muscular, reclamaba un tratamiento que no
fuera exclusivamente psíquico. Por lo que Reich a partir de los años 1930,
comenzó a utilizar, a la par de la clásica técnica de asociación libre,
técnicas de relajamiento muscular; o sea, técnicas destinadas a eliminar las barreras interpuestas por la neurosis, a la
expresión de las cargas emocionales rechazadas, y a evocar en los
pacientes crisis de furor, de llanto, de risa, de placer, de angustia,
sepultadas y fijadas desde hacía tiempo en los estratos de la coraza
caracterial-muscular.
Es decir, la innovación en la técnica psicoterapéutica consistía, en
abordar las neurosis desde un punto de vista somático, ya sea reclamando la
atención del paciente sobre las tensiones crónicas, ya sea, haciéndoselas
sentir mediante el contacto directo. De este modo, deshaciendo los bloqueos
y las tensiones, se podía llevar a la conciencia emociones y
recuerdos que habían estado hasta entonces completamente reprimidos,
(aunque el terapeuta hubiera llegado a suponer cuáles eran mediante los
sueños y las asociaciones del paciente).
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La
principal función de la coraza es “retener” el abandono del individuo al
pleno goce orgástico, “retiene” la libre circulación del flujo
vegetativo. Es indudable que, también su potente efecto de
“retención” se ejerce en otros ámbitos: vida social, sistemas
económicos, modo de producción intelectual, formaciones culturales, etc.
A esta estrategia de “retención” (en el sentido de contención), responde la
disposición por segmentos de la coraza.
La organización en segmentos relativamente
distintos y autónomos, yuxtapuestos en forma lineal, representa una de las
formas más primitivas de la vida animal. Con su collar de anillos y sus
movimientos característicos, el gusano encarna esa forma viviente de modo
espectacular.
También subsiste, en el hombre, en la
estructura de la espina dorsal y en la disposición segmentada de los
ganglios nerviosos autónomos. Se presenta también en la disposición de la
coraza, la cual no coincide con las estructuras anátomo-fisiológicas de los
órganos y de los grandes aparatos orgánicos. Sino que, se adecua al modelo
más arcaico de la disposición segmentada.
Dice
Reich: “La estructura
segmentada de la coraza muscular representa al gusano en el hombre”.
Reich define al segmento de la coraza, como el conjunto de todos los
órganos y grupos de músculos que mantienen un contacto funcional entre sí,
en virtud del cual participan en el movimiento expresivo.
Piezas sucesivas que se disponen desde la cabeza hasta la pelvis, los
anillos de la coraza, presentan toda la particularidad de que forman un
ángulo recto con la columna vertebral. Esto significa, que son
perpendiculares al flujo vegetativo, a la corriente orgonótica que corre
según el eje vertical del cuerpo, representado por la columna
vertebral.
La
coraza, según Reich, se descompone en los anillos o segmentos siguientes:
Segmento ocular, segmento oral, segmento cervical, segmento torácico,
segmento diafragmático, segmento abdominal, segmento pélvico.
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